Esta vez no hemos coincidido bolucas
Primero intentaré dar respuesta a las preguntas de Homer y emimiliano antes de entrar en un bucle con la cuestión que plantea JVA
"¿Y cómo se mantienen alineados los espejos de la cavidad resonante de un láser?"
"Uff.. ¿ y en un interferometro de michelson ???"
Buenas preguntas. Ante sistemas tan sofisticados en donde la alineación de los espejos es tan importante para cumplir con su objetivo. En el caso de la cavidad resonante de un láser la luz emitida por el amplificador se refleja sobre sí misma recorriendo el camino óptico muchas veces. El caso del interferómetro de Michelson es otro buen ejemplo en el que la luz es dividida y reflejados los haces para ser llevados de vuelta juntos hacia el detector, produciendo franjas de interferencia.
Estos dos ejemplos parecen dar al traste con la visión que en el anterior comentario había dado sobre nuestro planeta moviéndose en doble espiral tomando como punto de referencia el “Gran Atractor”. Está bien que pueda darse una cierta desviación de la luz por la velocidad “absoluta” de nuestro planeta, pero lo que resulta inadmisible es la imagen de inestabilidad que emana del movimiento antes referido y que, aparentemente, es incompatible con los ejemplos citados por los compañeros. Es decir, una mínima desviación puede pasar inadvertida al ser corregida mediante la alineación y enfoque de los espejos, pero lo que no puede pasar inadvertido es una variación en el tiempo de dicha desviación en aparatos que requieren de tanta precisión.
Ante esto hay dos posibles respuestas. La primera: que estoy equivocado (lo que extrañaría a poca gente) y sería la más sencilla. Y la segunda, que es la que voy a defender (que remedio) es que hay explicación ante semejante entuerto.
Paso a intentar dar una explicación coherente:
En la anterior visión de nuestro Universo cercano tomando como punto de referencia el “Gran Atractor” hice un ejercicio mental mediante al trazar su trayectoria transformando los millones de años en segundos, o al menos dando esa sensación. La realidad es que la asombrosa velocidad con la que nos trasladamos alrededor de la Vía Láctea: 220 Km/s no es nada comparada con su dimensión. De hecho su velocidad de giro es terriblemente lenta: una revolución por cada 230 millones de años. Ante semejante “lentitud” el verdadero Homer exclamaría ¡me abuuurrrroooo!.
Recapitulemos: tenemos un vector principal, por su magnitud, que es el que nos dirige (a toda la galaxia) hacia el “Gran Atractor” a una velocidad de 600 km/s (imaginémoslo vertical y en sentido descendente). Por otro lado tenemos otro vector, el siguiente en magnitud (donde se sitúa el Sol y nuestro planeta) que expresaría la dirección, sentido y velocidad de nuestra galaxia girando sobre sí misma a una velocidad de 220 Km/s. este vector lo representaría perpendicular al anterior y en cualquier sentido (no es relevante para el caso).
Si tomamos un espacio de tiempo suficientemente amplio para nosotros, como podría ser un siglo, y trasladamos los referidos movimientos a ese espacio de tiempo nos encontraríamos con que el Sol habría viajado 693.792.000.000 Km (el resultado de multiplicar los segundos que tiene un siglo por 220). Una distancia asombrosamente grande para nosotros, pero que no es más que un mero puntito comparada con el perímetro que recorre alrededor del centro de la galaxia (unos 175.930 años luz). Es decir, en lo que a nosotros respecta, su curvatura es descartable (la luz, el paradigma de la rectitud, también se curva por el efecto de la gravedad). Para empezar a tener en consideración el movimiento en espiral del Sol con respecto al “Gran Atractor” tendríamos que pensar en espacios de tiempo de millones de años.
Tenemos de momento dos vectores que sumados, nos daría un nuevo y único vector. Desde esta perspectiva (que sería la que nos afectaría en tiempos razonables para nuestra existencia y la de los citados aparatos) tenemos un sistema perfectamente estable, solo ligeramente alterado por el movimiento de nuestro planeta alrededor del Sol ¿Es suficiente este movimiento para alterar significativamente la necesaria estabilidad para que funcionen correctamente aparatos que requieren una alta y constante precisión? Analicémoslo:
Hemos visto que la distancia recorrida por el Sol en un siglo es de: 693.792.000.000 Km. Por lo tanto, tenemos a La Tierra desplazándose en la misma dirección y sentido, pero realizando una ligera órbita helicoidal alrededor del Sol. ¿Por qué digo ligera? Si hacemos números veremos que para completar una órbita tiene que recorrer 6.937.920.000 Km junto a nuestro astro cuyo diámetro es de: 1.391.684 Km (0.0002005909 veces más pequeño).
La cuestión es: ¿Esta, comparativamente, pequeña oscilación de nuestro planeta con respecto a las otras magnitudes mayores es suficiente para afectar significativamente la estabilidad del sistema de forma que sea incompatible con el funcionamiento de los citados aparatos? Si tengo razón, no.
Por cierto, si hemos de encontrar alguna desviación tendremos que apuntar al “Gran Atractor” como punto de referencia o utilizar algún sistema parecido al sugerido por Carlitos.
¡Uf!, me estáis haciendo sudar. ¡Gracias!