imagen
Cierta noche en que estaba la Luna en cuarto creciente, cielo despejado y aire en calma, decidí sacar mi telescopio reflector, de 100 mm de apertura, 750 de focal, y lo dispuse sobre la mesa redonda y giratoria que tengo en el patio de mi casa. Es una pesada mesa de cemento.
Coloqué el ocular de 9 mm y apunté hacia la Luna, que se encontraba en el cenit. ¡Impactante espectáculo! La parte sicológica del oservador también influye; atmósfera limpísima, totalmente despejada, tranquilidad hogareña, calma en mi mente; pude centrar mi atención en los innumerables accidentes topográficos, montañas, llanuras, cráteres, todo se veía con definición... diría máxima.
Pero eso pasó hace varios años. Hoy, analizo los recuerdos, porque me quedó algo de intriga en cuanto a la calidad de la imagen.
El espejo, de 100 mm, estaba diafragmado con una arandela de cartón, que reducía el diámetro a 70 mm; esto era para cubrir el borde defectuoso. O sea que estaba observando con un telescopio de 70 mm.
Muestro un fotomontaje actual, para comparar imágenes. Como la Luna se encontraba en el cenit, el tubo del telescopio estaba vertical y el ocular a la altura de mis ojos; frente a mi, la ventana y la pared; en un momento dado observé con ambos ojos abiertos, por lo tanto veía dos imágenes superpuestas, una con cada ojo, la Luna y la ventana.
Entonces noté que el borde superior de la Luna sobrepasaba en unos 50 cm el nivel del techo, y el inferior, otros 50 cm por debajo de las lajas del piso.
Yo estaba de pie a 3 m de la pared. Tenía ante mi una Luna de 4 m de diámetro, como si fuera una inmensa fotografía pegada sobre la pared.
¿Cómo es posible que con un telescopio tan pequeño pudiera ver con tanto aumento y calidad de alta definición?
Ahora a calcular.
El aumento en un telescopio es: a = F / f
(focal objetivo / focal ocular) = 750 / 9 = 83 ¡bastante bien!
Muy importante para la resolución es el diámetro del espejo, en este caso reducido a solamente 70 mm ¿Qué pasó?
Yo tengo la culpa. Era mi primer espejo, la primera vez que tallaba una óptica, nada menos que astronómica, que requiere una calidad muy superior a la oftalmológica.
Pero "...borriquitos hay que una vez aciertan, por casualidad."
Porque la zona central, después del diafragmado, estaba ¡perfecta!
Y esto me dejó una lección que no olvidaré. Aunque nos cueste mucho, debemos tratar de que nuestra óptica sea la mejor, porque es posible, a nivel aficionado.
El espejo ya no existe. Fue reemplazado por otro, que es sólo una pálida sombra de lo que fue su antecesor.
